lunes, 5 de mayo de 2014

TERCER DÍA: LA CONCIENCIA, ¿PUNTO DE PARTIDA O CONSECUENCIA?

La mañana del tercer día comenzó con exposiciones referidas a la relación entre conciencia y atención. La primera presentación realizada por el científico, músico, y novelista Michael Graziano, colocó el énfasis en las bases sociales de los procesos cognitivos. Luevo vino el turno de Alsion Gopnik, quien realizó una interesante aproximación a la conciencia pre ligüística de los bebes, comparando la experiencia de los seres humanos recién nacidos con la de los animales, o incluso con el tipo de estado mental que pudieran tener los sujetos adultos bajo la influencia de drogas. Notable la analogía de la mente infantil como sujetos psicodélicos, graficada además con una foto de Jimi Hendrix en pantalla. Luego vino el turno de Ned Block con una presentación anunciada como “The Global Workspace is death", que sin embargo, termino siendo una revisión acerca de las relaciones entre conciencia y atención.

Por tarde vino la parte más polémica. Era el momento de Deepak Chopra, una presentación que se venía calentando a través de los comentarios y preguntas que el médico védico realizaba a los ponentes que le antecedían. Previamente asistimos a la presentación de John Searle y Rebeca Goldstein. Respecto del filósofo norteamericano, se trata de un clásico, de modo que dar una apreciación crítica es complejo, sobre todo para un fans. Pero vamos a por ello. Lo primero es decir que Searle no aportó nada nuevo para los que ya conocen su obra en lo que a conciencia se refiere. Dicho de otra forma, su presentación fue un buen resumen de su trabajo en el tema, pero, ¿es que ya ha dicho todo lo que tenía que ofrecer? Searle tiene 81 años y es probable que ya no haya nuevas ideas nuevas en la mente de un pensador que ya ha hecho aportes más que substantivos. Se trata de un clásico vivo, sin embargo, cabe la duda respecto de su eventual agotamiento puesto que se trata de un autor que sigue participando activamente en el debate de los enfoques y teorías de la conciencia. Se le veía lucido, y no paró de moverse durante toda la presentación. Sin apoyo de medios audiovisuales, se limitó a “pensar en vivo”, desarrollando algunos de sus principales postulados sobre el tema, sobre todo en lo que se refiere  a la subjetividad de la conciencia y su naturalismo biológico. Luego vino Rebeca Goldstein, uno de los mejores descubrimientos que hice durante este evento. Se trata de una escritora Best Seller, pero confieso que yo no había escuchado nada acerca de ella. Me encantó! Deliciosa aproximación artística a un problema de orden filosófico. Su idea base, supongo que sustentada en el trabajo de post doctorado que realizó nada menos que con Thomas Nagel, es que los novelistas son los verdaderos estudiosos del “what’s like to be”.



Sólo desde una aproximación metafórica, novelada y quizás poética, podemos aproximarnos al punto de vista de la primera persona. Cierto! Es probable que allí resida parte de la atracción que nos genera la literatura, la posibilidad de inmiscuirnos  en las mentes ajenas. Tendré que leer su libro sobre el problema mente-cuerpo, para entender mejor la idea.

Luego vino Deepak Chopra.





Yo no tenía expectativa alguna, pero creo que no lo hizo bien. En algún momento de mi vida me interesó su aproximación, sin embargo, pronto dejé de seguirlo muy probablemente, por el miedo que me generaba volver a caer en una trampa adolescente del tipo Lobsan Rampa.  El debate con John Searle en este sentido, resulto clarificador. No lo hizo bien Deepak Chopra, e intuyo que él mismo ha de haberse abrumado por la experiencia. Tal vez debió haber evaluado con mayor detenimiento su participación en un evento de carácter científico, sobre todo, si lo que iba a postular era que la conciencia crea al universo.



Mención aparte merece el hecho de que un 30 o más por ciento de su presentación estuviese destinada a hablar acerca de su centro. No creo que fuese el lugar indicado para hacer publicidad. De cualquier modo, yo soy de los que considero un aporte su presencia, puesto que sirvió para atraer gente, generar un cierto grado de polémica, y por supuesto, someter a debate algunas ideas muy populares en nuestra cultura fuertemente ávida de consumir espiritualidad escasamente rigurosa.            

       

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