domingo, 16 de febrero de 2014

DESAGREGANDO LOS QUALIA: COMO CENTRO, COMO CONTEXTO Y COMO REPRESENTACIONES


Como señalaba David Chalmers, la comprensión de los mecanismos bajo los cuales se produce la experiencia consciente debiera tener consecuencias para el estudio de la mente en un sentido amplio (Chalmers, 1995). La filosofía de la mente parece haber seguido un camino inspirado en esta máxima, intentando responder primero este problema de fondo y más complejo, antes de tratar con los asuntos, en principio, más sencillos. Sin embargo, con el paso de los años, esta estrategia, de tipo deductivo, ha resultado ser poco fecunda*. Seguimos sin comprender con exactitud de qué forma se produce el paso desde las neuronas a la experiencia, y tal vez, producto de este desconocimiento, continuamos esquivando otros asuntos relacionados con los qualia, que son también muy importantes.

En este trabajo apuesto por una estrategia de carácter inductivo. La idea es analizar primero algunas cuestiones más “fáciles” evaluando posteriormente, las consecuencias que aquello tenga para el tratamiento del problema fundamental. Específicamente me centraré en el estudio del rol que cumple la conciencia en el funcionamiento global de la cognición. Siguiendo esta lógica, he detectado que dentro del conjunto amplio que denominamos “qualia”, existen estados de distinto tipo jugando roles diversos en la mente, de modo que constituye un error ontológico, tratarlos a todos por igual. Aunque resulte redundante, las principales diferencias, se estructuran sobre la base de las propiedades cualitativas de los qualia**. Teniendo en cuenta lo anterior, pueden distinguirse dos grandes categorías de fenómenos de este tipo. La primera, corresponde a estados que producto de sus propiedades específicas, participan directamente en el surgimiento y forma que adquieren las representaciones mentales. Un quale de este tipo, puede actuar como centro implícito de la cognición, cuando dado su particular “color experiencial”, permite la emergencia de cierto tipo de representaciones y no otras. Por ejemplo, no se puede pensar en el éxito de una tarea cuando se está triste, dado que este estado, facilita la producción de pensamiento reflexivo (Stein & Jewett, 1986). Por otro lado, un quale perteneciente a esta categoría, participa como contexto, cuando en función de su grado de activación, determina la intensidad que tiene un estado cognitivo en particular. Esto es lo que sucede cuando pensamos en la crisis económica, teniendo en paralelo un dolor de muelas.

 La segunda categoría, corresponde a los qualia que cumplen un papel indirecto en la producción de estados cognitivos, actuando en representación de otras cosas. Ejemplos de este tipo, son las sensaciones perceptivas visuales como la “rojez” o el “verdor”, estados que dada la ausencia de un carácter intrínsecamente placentero o desagradable, no cumplen un rol cognitivo de primera mano, sino que median representacionalmente el proceso. Es probable que producto de lo anterior, dichos qualia sean hasta un cierto punto intercambiables en una misma modalidad sensorial, o incluso, entre sistemas de distinto tipo. Para valorar esta posibilidad, analizo casos como los del ciborg Neil Harbisson, el uso de las gafas de visión táctil para ciegos, o el desarrollo del “oído” musical de la percusionista sorda Evelyn Glennie.


Palabras claves: qualia; cognición; consciencia; representación; implícito.


*Se considera un análisis crítico de la cognición corporalizada.

**La investigación filosófica ha relevado el carácter subjetivo e irreductible de los qualia descuidándose el estudio de sus propiedades cualitativas

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