Mots-clés : Varela,
neurophénoménologie, énaction.
Abstract: The work done by the
Chilean neurobilogist Francisco Varela is mainly known for his studies on
Biology of Cognition. However, this is just the prelude of his most important
research, which he has developed mostly in France, and known as Neurobiology of
Conscious Experience. In this article, we explore the investigation carried out
by Varela during his stay in France on the base of an interview with him by his
former assistant David Rudrauf, who has the reputation of being one of the most
outstanding researchers on Neurobiology of Mental States.
Key words: Varela,
neurophenomenology, in-action.
Resumen: La obra del
neurobiólogo chileno Francisco Varela se conoce principalmente por sus estudios
sobre la biología del conocimiento. Sin embargo, esta parte de su trabajo puede
considerarse sólo como la antesala de su investigación más importante,
desarrollada en Francia: la neurobiología de la experiencia consciente. En este
artículo, se explora el trabajo de Varela en su etapa francesa, apoyándose en
una entrevista a su ex colaborador, David Rudrauf, actualmente uno de los más
destacados investigadores en neurobiología de los estados mentales.
Palabras claves: Varela, neurofenomenología,
enacción.
I.
Introducción
Francisco Varela (1946 –2001), neurobiólogo, es uno de los
científicos chilenos más importantes del
último siglo. Su obra es fértil y extensa, contando con más de 180 artículos y
10 libros publicados como autor. En su trabajo se fusionan creativa y
productivamente, ideas y conceptos provenientes de ámbitos tan distintos como
la neurobiología, la filosofía fenomenológica y el budismo. Su libro “Embodied
Mind” publicado en co-autoría con Evan Thompson y Eleanor Rosch, es probablemente
el trabajo más significativo desde el punto de vista de la ciencia cognitiva,
en cuanto constituye un punto de inflexión para el desarrollo de una nueva
perspectiva acerca de la mente. Esta obra, se ubica además como uno de los 300
trabajos más influyentes del siglo XX, en el avance de la neurociencia. A pesar de todo lo anterior, la obra de Varela
no ha experimentado un desarrollo continuo con posterioridad a su temprana
muerte en octubre de 2001 a la edad de 54
años. Como señala Letelier (2001), “una de las razones por las cuales la
partida de Francisco Varela ha sido tan dura para tantos de sus amigos y
discípulos es que justamente partió en el momento en que estas importantes
ideas, que Varela había incubado y desarrollado por al menos veinte años,
comenzaban a dar sus frutos”.
A propósito de la reciente conmemoración de los 10 años de su muerte,
quisimos indagar sobre algunos tópicos específicos de su obra, con especial
énfasis en el periodo de desarrollo en Francia entre los años 1986 Y 2001. Para esto,
entrevistamos a uno de sus colaboradores más cercanos, el neurobiólogo David
Rudrauf, ex alumno tesista de doctorado de Francisco Varela, y hoy uno de los
más prestigiosos investigadores en la neurobiología de la emoción. Nuestra
idea, fue indagar algunos aspectos del trabajo de Francisco en Francia, además
de conocer de primera fuente, algunas precisiones relativas a los principales
tópicos y conceptos que pueblan su obra. Por alguna misteriosa razón, la última
y más fértil etapa de trabajo de Varela, se desarrolla en Francia. Es allí
donde comenzó a cristalizarse la incipiente síntesis de su trabajo que
involucraba áreas de investigación tan diversas como las descritas. ¿Hasta qué
punto ayudó para aquello el contexto Francés? ¿En qué medida es el resultado
del trabajo de Francisco, una obra
carismática e incluso críptica, en el sentido de buscar la integración de
disciplinas demasiado diversas, resultando inseparable e incontinuable más allá
de su persona? Las anteriores, son cuestiones que quisimos tratar con David
Rudrauf, conociendo así, una perspectiva distinta a la que estamos
acostumbrados quienes valoramos su obra desde el contexto chileno. En nuestro país, la obra de Varela se
encuentra estrechamente asociada al trabajo que este autor realizó con Humberto
Maturana en los años 60 y 70 sobre la organización de los seres vivos. En
colaboración con este autor, Francisco Varela desarrolló, los conceptos de
“clausura operacional”, “acoplamiento estructural” y “autopoiesis”, concepto
este último, que ha tenido un significativo impacto en diferentes áreas del
conocimiento, posibilitando importantes puentes entre la biología y las
humanidades, y estableciéndose como un significativo ejemplo de tercera cultura
(Brockman, 1996).
No obstante el gran aporte asociado al desarrollo de los conceptos
anteriormente señalados, el trabajo sobre la organización de los seres vivos,
puede ser visto en el contexto general de la obra de Varela, tan sólo como un
antecedente que permitió sentar las bases de su investigación posterior en el
ámbito de la conciencia. Como señala Letelier (2001), “Francisco Varela nunca
perdió de vista que la verdadera razón por la cual se estudia el sistema
nervioso es para entender los fenómenos "superiores" como la
Conciencia y la naturaleza del Yo”. Esta parte de su trabajo, menos conocida en
Chile, se desarrolló en gran medida en Francia, país donde Varela realizó una
prolífica labor, instalándose como director de investigaciones del Centro
Nacional de Investigaciones Científicas, director del laboratorio de neurociencias cognitivas en el
Hospital de la Universidad de la Salpetriere y trabajando también, como
académico de la Ecole Polytechnique de Paris. En el contexto de su trabajo en
Francia, Francisco Varela extendió además su labor como neurocientífico,
desarrollando una interesante integración entre las neurociencias y la
fenomenología, buscando instaurar así una nueva disciplina de investigación que
denominó “neurofenomenología” e impulsando además, los primeros encuentros
entre ciencia y budismo realizados en diferentes partes del mundo .
I.
PRIMERA PARTE: UN BREVE RESUMEN DE ALGUNOS ASPECTOS
DE LA ÚLTIMA ETAPA DE DESARROLLO DE LA OBRA DE FRANCISCO VARELA
La Neurofenomenología
Francisco Varela, desarrolló su investigación sobre la experiencia
consciente, proponiendo una re-formulación de la práctica fenomenológica como
una vía para el estudio de las relaciones entre los dominios mental y cerebral.
La neurofenomenología, programa de investigación desarrollado durante su última
etapa de trabajo en colaboración con investigadores franceses, era definida por
Varela como “un programa de investigación que busca articulaciones mediante
limitaciones mutuas entre el campo de los fenómenos revelado por la experiencia
y el campo correlativo de fenómenos establecido por la ciencia cognitiva”
(Varela, 2000, p. 260). A través de esta
metodología, Varela propone un método de investigación experimental sobre la
conciencia, que consiste en el estudio de correlaciones entre determinados
estados neurofisiológicos del cerebro y su contrapartida experiencial,
diferenciadas estas últimas, mediante distinciones aportadas por la
fenomenología y experimentados por sujetos entrenados en la técnica de meditación
budista.
Para Varela (2000), la única vía de acceso al entendimiento de la
conciencia, consistía en encontrar un método de observación de ésta, que
permitiera hacer distinciones finas respecto de los modos en que la experiencia
es vivida. En este sentido, su propuesta es similar a la de algunos filósofos
de la mente (Searle 1996, Jackendoff
1986), en términos de otorgar una importancia fundamental a la identificación y
comprensión de las categorías de la experiencia. Sin embargo, Varela va un paso
más allá, al proponer una metodología concreta para avanzar en esta dirección. En
este contexto, la neurofenomenología tiene como una de sus principales
herramientas de trabajo, la reducción fenomenológica, herramienta diseñada por
la fenomenología para la observación de la experiencia (Husserl, 1962), Varela,
que tenía una formación en filosofía, hace su propia síntesis sobre el método
fenomenológico. Al referirse a la reducción fenomenológica señala: “desplegar
en profundidad esta actitud o gesto, que es la forma habitual que tenemos para
relacionarnos con los cambios de nuestro mundo vivido (…) no requiere que
imaginemos un mundo diferente, sino más bien considerar al presente como otro (…)
este gesto transforma una experiencia simple o sin examinar, en una experiencia
reflexiva o de segundo orden. La fenomenología insiste correctamente en este
cambio desde lo natural a la actitud fenomenológica, puesto que sólo entonces
el mundo y mi experiencia aparecen abiertos y necesitan ser explorados”
(Varela, 2000, p. 269).
El
enfoque enactivo
Aunque
no aparece explicitado así en su obra, nosotros pensamos que es posible
considerar la neurofenomenología como una metodología de
investigación sobre la neurobiología de la conciencia, que se encuentra
sustentada epistemológicamente por otro de los más importantes conceptos de la
obra vareliana: El “enactivismo”. El enfoque enactivo, surge en gran medida
como una forma de contrarrestar la posición filosófica realista que se
encuentra presente en el paradigma cognitivista. Puede decirse que Varela es
uno de los precursores de este enfoque, el cual derivó hacia finales de su
vida, en el desarrollo del método de investigación de la conciencia denominado
“neurofenomenología”. Para los cognitivistas, la noción de representación
resulta clave como elemento de comprensión de la cognición, puesto que desde dicha
perspectiva, el proceso de conocer consiste en la manipulación de símbolos
mediante reglas, símbolos que una vez codificados, representan un mundo que es
pre dado, en el sentido que tiene existencia objetiva y discreta, más allá del
agente cognitivo que opera sobre él. El enfoque enactivo constituye en cambio, una
perspectiva radicalmente diferente, al interior de la cuál la representación no
juega ningún papel relevante. De acuerdo a esta mirada, los seres cognitivos no
representan un mundo pre dado, ya que la cognición consiste más bien en un
proceso donde se entiende que el conocimiento es el resultado de “una
interpretación que emerge de nuestra capacidad de comprensión. Esta capacidad
está arraigada en la estructura de nuestra corporización biológica, pero se
vive y se experimenta dentro de un dominio de acción consensual e historia
cultural” (Varela et al, 1997 p. 177). Vista así la cognición, se puede
constatar que la perspectiva enactiva no corresponde sólo a un nuevo enfoque
metodológico o una nueva teoría del conocer, sino que sobre todo, define
además, una nueva postura filosófica respecto del conocimiento. Esta perspectiva,
que Varela entiende como una continuación moderna del trabajo de Merleau Ponty,
constituye una vía intermedia entre la posición realista que defiende la
cognición como representación de un mundo pre dado, y la posición idealista que
define la cognición como la proyección de estructuras internas del sujeto
cognoscente. Para Varela, la cognición no es ninguna de las dos cosas, ya que
consiste más bien en acción corporalizada.
Lo anterior, equivale a decir que la cognición sólo puede existir en la
medida que se encuentra inmersa en un cuerpo con diversas aptitudes sensorio –
motrices, aptitudes que están a su vez encastradas en un contexto biológico,
psicológico y cultural más amplio. En virtud de lo anterior, resulta evidente
que si se desea comprender la cognición humana, es esencial considerar en su
estudio, la conciencia en un sentido experiencial, puesto que es este dominio,
un aspecto central de la mente humana. El fundamento de la cognición no tiene
tanto que ver con la existencia o no existencia de un mundo pre dado, y su
representación o proyección cognitiva. El meollo de la cognición se relaciona
más bien con la emergencia o activación de un mundo “X”, a partir de la
historia de interacciones vividas por un sujeto. En palabras de Varela, “la
cognición ya no se encara como resolución de problemas a partir de
representaciones; en cambio, la cognición en su sentido más abarcador consiste
en la enactuación de un mundo – en hacer emerger un mundo- mediante una
historia viable de acoplamiento estructural (Varela et al 1997 p. 238) En este contexto, puede entenderse la
neurofenomenología como una propuesta metodológica plenamente coherente con la
epistemología presente en el enfoque enactivista.
Los antecedentes originados en la biología del conocimiento
Los conceptos de clausura operacional y acoplamiento estructural desarrollados
en Chile junto a Humberto Maturana, resultan claves para entender la cognición
como proceso enactivo. Respecto de la “clausura operacional”, ésta tiene que
ver con el hecho que los organismos se encuentran determinados por unas reglas
de funcionamiento que son internas. Desde este punto de vista, la idea de
inputs y outputs resulta equivocada, puesto que lo que en realidad le ocurre al
organismo en interacción con el medio, es que su estructura interna (el sistema
nervioso) define la posibilidad de determinadas perturbaciones. “Lo adecuado,
por lo tanto, es reconocer al sistema nervioso como una unidad definida por sus
relaciones internas en las que las interacciones sólo actúan modelando su
dinámica estructural, esto es, como una unidad con clausura operacional”
(Maturana y Varela, 1984, p. 113).
Considerando el concepto de clausura operacional como una regla general de
funcionamiento biológico de todos los seres vivos, podemos observar que el tipo
de interacciones posibles entre el organismo y su medio no puede ser
caracterizado como una relación instructiva o informativa. El organismo no
“capta” información del medio, más bien es “perturbado” por éste, en el sentido
que facilita cambios estructurales (no los determina ni instruye), que sin
embargo, se encuentran siempre determinados en último termino por la estructura
interna del sistema nervioso. En algunas ocasiones, dos o más organismos
“pueden encontrarse acoplados en su ontogenia cuando sus interacciones
adquieren un carácter recurrente o muy estable. (...) El resultado será una
historia de mutuos cambios estructurales concordantes mientras no se
desintegren: habrá acoplamiento estructural” (Maturana y Varela, 1984, p. 50).
La enacción de un organismo, es posible gracias a la clausura
operacional del sistema, es decir de sus propiedades auto-organizativas y la
forma en que éste se acopla con el medio. Los sistemas enactúan un mundo, sobre
la base de su autonomía, o dicho de otra forma, el mundo se enactúa a través de
una historia de acoplamiento estructural. El mundo desde esta perspectiva,
resulta enactuado a partir de un sistema que posee determinadas propiedades
auto-organizativas (clausura operacional), gracias a las cuáles es posible la
interacción con determinados rasgos que aparecen como relevantes y se generan
determinadas distinciones que cobran importancia y significado (acoplamiento
estructural). La clausura y el acoplamiento hacen emerger un mundo que resulta relevante
para un sistema “X”.
II.
SEGUNDA PARTE: ENTREVISTA A DAVID RUDRAUF
Francisco Varela decía en su libro conocer,
aludiendo al fuerte desarrollo del paradigma cognitivista en EEUU, que la
ciencia no escapa a la influencia de procesos históricos y culturales, cuestión
que por lo demás resulta plenamente coherente con sus ideas acerca de la
cognición como proceso enactivo. De acuerdo a este último, los científicos no
pueden pensar/crear nada que no se encuentre determinado de alguna forma por su
historia, su cuerpo y experiencia, pero también su contexto cultural histórico.
En este sentido, tomando en consideración que una gran y fecunda parte del
trabajo se desarrolla en Francia, queremos preguntarle: ¿De qué forma cree
usted que las inquietudes, modo de pensar e incluso estilo de vida De Varela, acoplan
con el momento histórico las características sociales y culturales de Francia y
su actividad científica?
No es una idea reciente. La idea de que la historia y el contexto
cultural influencian la capacidad de los investigadores y que esto influencia
la manera en que ellos se acercan a las cuestiones científicas, es algo que ha
sido discutido por cientos de años. Encontramos esta concepción en Gastón Bachelard,
pensador francés que desarrolla el concepto de “obstáculo epistemológico”, para
explicar cómo el contexto cultural o el conjunto de pensamientos e ideas
disponibles en un momento dado de la historia, pueden transformarse en un
obstáculo que es necesario sobrepasar para el progreso del conocimiento, cuando
no resultan compatibles con las nuevas ideas y conceptos. Entonces, lo que ha
planteado Francisco sobre la influencia del contexto histórico, es algo que yo
creo que es relativamente bien aceptado en el continente europeo. El tema es
saber hasta que punto pueden alcanzarse verdades objetivas o estables o tenemos
que contentarnos con respuestas arbitrarias o expresiones de aspectos
semánticos. Creo que ahí está toda la tensión epistemológica, el vis
a vis del pensamiento científico. Pero hay que tener cuidado con esta cuestión
porque caer en un cierto tipo de postmodernismo, o una profunda deconstrucción
al estilo Derrida,
volvería imposible cualquier trabajo científico.
Entonces el tema es encontrar el equilibrio entre intentar encontrar “la verdad”,
a través de un método dado, y simplemente no poderlo hacerlo porque al final
todo es relativo. Hay que prestar atención a este tema al revisar la obra de
Varela, porque Francisco tenía un pensamiento altamente sofisticado y sutil, un
pensamiento muy rico, sobre el cual se
corre el riesgo de hacer lecturas superficiales y facilistas que sugieran que
para Francisco todo era relativo, subjetivo
y dependiente del contexto, y que en consecuencia no hay ciencia
posible. Esta no era la visión de Francisco. Él intentaba encontrar el saber al interior de realidad
influenciada por contextos sociales e históricos, haciendo uso del método
científico con sus presupuestos ontológicos y metafísicos, asumiendo que sí era
posible llegar a alguna forma de verdad.
Ahora bien, respondiendo más específicamente a la pregunta, sobre la influencia
del contexto francés en el pensamiento de Francisco me parece importante
considerar en primer lugar las características institucionales de la
investigación en ese país. En Francia, a diferencia de lo que ocurre en otros
países, especialmente en los países anglosajones y en particular en Estados
Unidos, hay un financiamiento de la investigación que es diferente. Un
investigador francés cuando se integra al CNRS (Centre National de Recherche Scientifique),
como fue el caso de Francisco, se transforma en un funcionario público. Esta
condición permite una gran libertad para investigar, puesto que tú tienes tu
trabajo para vivir, tu sueldo estable y se te motiva a desarrollar tu
pensamiento original y a desarrollar tu libertad intelectual y académica. Esto
es completamente diferente a lo que ocurre en USA, lugar donde yo he trabajado
durante varios años. En EEUU hay que pelearse constantemente para conseguir
financiamiento, el ambiente es muy competitivo, muy difícil, y tu salario, el
funcionamiento de tu laboratorio dependen de estas condiciones. Por lo mismo, desde un comienzo hay que
alinearse, en cierta medida, con las ideas que las instituciones que financian
la investigación como NEH
buscan. Por lo mismo, los resultados que de allí surgen son más estrechos, la
presión hace que sea más difícil tener tiempo y pensar de manera original.
Por otra parte, está también el aspecto cultural. En Francia, en
particular y yo diría que en todo el continente europeo en general, existe un
respeto e incluso una admiración y un amor fundamental por los intelectuales,
por el pensamiento abstracto, por el pensamiento de la complejidad, por el
pensamiento donde diferentes áreas del conocimiento se unen, hasta una cierta
medida incluso por la especulación. Yo creo que todo eso ayudó mucho a
Francisco, a desarrollar su pensamiento estando en Francia. No se trata sólo de
asuntos institucionales. Por otra parte, si se considera el pensamiento de
intelectuales y filósofos que aunque hoy son casi marginales fueron muy
importantes e influenciaron de fuertemente a Francisco. Hablo de pensadores como Merleau
Ponty,
como Husserl.
Respecto de Ponty, que era francés, es necesario saber que hay una referencia a
su persona en los muros del College Francais, que es una de las instituciones
francesas más prestigiosa de investigación. Todo esto da cuenta de una cultura
mucho mas abierta a este puente que Francisco quería hacer entre la ciencia y
la fenomenología, que es antigua, pero que también está viva hoy.
Hay otro aspecto, más bien de orden teórico que resulta importante
para entender el desarrollo de la obra de Francisco. Se trata de la preminencia
del cognitivismo como enfoque para la comprensión de la mente, paradigma que se
desarrolló de manera particular en USA,
pero que existía y tenía también cierta importancia en Francia. Tanto el
cognitivismo, como primeramente el conductismo, pueden ser vistos siguiendo las
ideas de Bachelard, como barreras que dificultaban el desarrollo de las
ciencias de la cognición durante los años 40, 50 y 60. Cuando aparece el
cognitivismo, con su modelo computacional, éste se transforma en una liberación
de la época, porque abre las puertas para explicar otras cosas que el
conductismo no examinaba. Se pudo entrar en la “caja negra”, y fue posible
plantearse hipótesis y experimentaciones sobre ciertos mecanismos que estaban
prohibidos por el conductismo. Sin embargo, y esta era la postura de Francisco,
incluso el cognitivismo mismo, se transformó posteriormente en un obstáculo
epistemológico, algo que volvía difícil el tratamiento de ciertos problemas
intelectuales y conceptuales. De esta forma, el contexto cultural e histórico y
en particular el contexto conceptual, puede crear obstáculos importantes al
desarrollo de la ciencia. Teniendo claro lo anterior, pienso que Francisco y
otros investigadores de la época, se
posicionaron para reintroducir la importancia del pensamiento fenomenológico en
la ciencia, que dicho de forma muy
simple, es el pensamiento en primera persona, aunque se trata de algo mucho más
complejo que eso. Y creo que si se quiere lograr dar cuenta algún día de la
mente humana, de la conciencia, de manera científica, sin la consideración de
la experiencia en primera persona esto es imposible, pues se pasa por el lado
del objeto de estudio. Dicho lo anterior, es necesario considerar que el
conflicto entre las diferentes escuelas de pensamiento y de métodos cognitivista o
conductista, existe todavía en Francia. Hay instituciones donde algunos de
estos enfoques son dominantes. Los últimos años y después de haber discutido
con Jean Petitot,
el tipo de aproximación, personas como Francisco, con Bernard Pachoud Michel Roy
y otros, intentaron colocar estos temas en la academia y la investigación, a
través de la apertura de un master en ciencias cognitivas en la época, donde la
fenomenología y específicamente la neurofenomenología estaban al centro de las nuevas
metodologías y aproximaciones. Esto ya no es tan dominante en Francia como en
aquella época, pero existe aún y tiene todavía un espacio, aunque ya no está
tan activo como antes.
En
nuestro país, la obra de Francisco Varela ha tenido a nuestro juicio un impacto
sólo marginal en el mundo de la academia
e investigación e incluso han existido algunas voces que han criticado
fuertemente sus ideas señalando que no se trataría de un proyecto robusto en
sus postulados esenciales (Ibañez, 2005). Al respecto, quisiéramos saber: ¿Cómo
evalúa usted el impacto y continuidad del trabajo de Varela en Francia, qué ideas han tenido una
continuidad a través de líneas de investigación que se desarrollen en el presente,
qué aspectos de su pensamiento han ido experimentando modificaciones a través
de trabajos posteriores, por qué razones, etc.?
Si hablamos de la influencia de las ideas de
Francisco en Francia, su utilización no es muy clara. Si bien hay una
apreciación muy grande de su obra por parte de algunos, la influencia es
apreciable sobre todo en quienes trabajaban directamente con él. A mi juicio,
el problema es que las ideas de Francisco eran muy generales, muy programáticas.
Él decía cosas como “tengo esta idea, este es el método que debemos seguir y esta
es la dirección que hay que seguir”. De tal forma que actualmente hay mucha
gente que no sabe qué hacer con esas ideas después de su muerte. No está muy
claro como pueden aplicarse las ideas de Francisco de manera concreta, ya que
éstas eran muy generales. Por otra parte, es un poco difícil para mí establecer
un mapa de lo que está sucediendo en Francia con las ideas de Francisco en los
distintos laboratorios, sobre todo porque durante estos años, estuve un en EEUU
y un poco desconectado con el tema. En todo caso, creo que las influencias sí
existen, pero son profundas y están en un nivel de visión general y menos en lo práctico y concreto. Se trata de
una influencia de trasfondo. Por ejemplo, ¿qué podemos hacer con la idea del
enactivismo? Leemos a menudo en revistas o libros sobre la aproximación
enactiva, como si la aproximación enactiva nos diera un método de
investigación. Para mi no es tan claro aquello. Pienso que este concepto releva
la importancia de los procesos endógenos y creadores, los proceso de clausura, de
endogeneidad de los organismos, objetos y estructuras que queremos estudiar.
Sin embargo la perspectiva enactiva no nos proporciona un método. Sólo nos dice,
por ejemplo, que el cerebro está estructurado de manera circular, que está cerrado,
generando su propia dinámica. Esta perspectiva nos indica que el cerebro va a
responder a lo que pasa en su ambiente, pero que lo hará partiendo de sus “a
priori”. Esto no es nuevo, lo puedes encontrar en Kant, la idea de que hay un “a
priori” que va a influenciar la manera en que el conocimiento se constituye por
el sujeto. Un organismo, un sistema, sea cognitivo o social, crea a partir su
organización interna, a partir de su clausura, una manera de interactuar con el
mundo. En el fondo, esta perspectiva nos dice que existen “a prioris”. Pero no
se trata de una idea nueva. Además, se trata de una idea general. Queda por
delante pensar “bueno y ahora como científicos, qué hacemos con esto”. Por otra
parte, no hay que olvidar que Francisco quiso y estuvo dispuesto a tratar de
pensar en estas cosas, cuestiones que en general han sido resistidas en la
discusión científica. Se trata de problemas que son difíciles de simplificar y
operacionalizar. Esa fue sin duda una cualidad de Francisco. Casi podríamos
hablar de valentía de su parte, plantear al interior del mundo científico
cuestiones como la complejidad y la subjetividad, Francisco se atrevió. Ahora
bien, todas esas ideas no estaban terminadas, ni completas al momento de su
muerte. Se trata de ideas activas, pero él tuvo la valentía de instalar y
pensar estas cosas más complejas.
¿Conoces
algún lugar donde se trabajen estas ideas, en Francia o tal vez algo que hayas
visto durante el tiempo que estuviste en Estados Unidos?
Si, bueno, existe todavía un laboratorio que se
llama CREA (Centre de Recherche Epistemologique Apliquée), en la escuela Polythechnique
de Paris. En la época en que Jean Petitot era el director, se produjo el
desarrollo más interesante en estos temas, en particular en términos de la
naturalización de la fenomenología. Petitot
trabajó con un matemático que era el director del master que te mencioné antes.
Esas son las personas que continúan trabajando en torno de estas ideas y que
resguardan de alguna forma la influencia de este pensamiento. Pero no hay
alguien que haga o que siga de forma directa con el programa de investigación de
Francisco Varela.
En el
texto “From autopoiesis to neurophenomenology Francisco Varela’s exploration of
the biophysics of being”, los autores, dentro de los cuales usted se encuentra,
reconocen a Francisco Varela como su mentor. ¿Podría usted explicitar un poco
más este concepto? ¿En qué sentido Varela influenció su visión respecto de la
ciencia y la investigación, la conciencia y si cabe, sobre la vida en
general?
Es muy interesante, yo empecé mi tesis de doctorado
con Francisco, como muchos jóvenes, muy interesado por el estudio de la
conciencia, los fundamentos cerebrales de la conciencia. Había mucho desde
donde elegir sobre este tema, pero decidí ir con Francisco. Era alguien
fantástico para trabajar, muy simpático y muy abierto, alguien que te dejaba tiempo
para pensar. Pero al mismo tiempo, con respecto a las ideas de Francisco,
cuestiones como la neurofenomenología y el enactivismo de la época, yo
encontraba que se trataba de cuestiones aún no muy bien definidas, que no estaban
todavía suficientemente claras, que eran aún muy tentativas. Por otra parte,
estaba la influencia del budismo y el tema de la espiritualidad, aristas de su
trabajo que atraían a muchas personas a su alrededor, gente que estaba muy
interesada en Francisco por este tema. Sin embargo para mí no era algo muy
importante, no era en verdad mi tema, yo era más escéptico respecto de estas
cuestiones. Había personas alrededor de Francisco que querían hacer de esta
espiritualidad y de sus ideas, algo así como una respuesta fundamental, una
respuesta final. Todo a pesar de que estas ideas estaban poco claras aún y se
encontraban en un nivel de desarrollo tentativo. Así era como las proponía Francisco,
como un atreverse a pensar en ellas. Yo soy muy anti religión, muy escéptico de
asuntos espirituales y había mucha gente cerca de Francisco, que lo veían como
un profeta y su agenda, la de esta gente, era sacar provecho de esta
espiritualidad para volver a poner este tema en la investigación científica. Y
yo encontraba que meter el tema religioso en la ciencia era un poco peligroso.
Por supuesto no era Francisco quien me molestaba, porque él era una persona
bien respetuosa, muy discreta y también muy crítico de ese aspecto en él. Era
mas bien esa seducción que generaba en los demás lo que me generaba problemas, mas
en aquella época. Pero bueno, trabajamos juntos, fue grandioso, colaboramos muy
bien y luego él falleció, situación que fue una tragedia. Yo me fui a trabajar
con Antonio Damasio en EEUU para continuar con mi tesis, pero la persona de
Francisco siempre estuvo conmigo durante todo ese tiempo, como ese psicoanalista
que te acompaña siempre en lo que haces. La influencia de Francisco fue cada
vez más fuerte. Sobre todo cuando me enfrentaba personas y formas de pensar muy
rígidas, poco originales, que desechaban tipos de ideas o aproximaciones nuevas,
sin siquiera pensar en ellas. Creo que sentí por tanto, en un nivel menor, pude
experimentar lo que vivió Francisco en la época del cognitivismo, al tratar de
poner sobre la mesa la importancia de volver a la fenomenología y otras
cuestiones similares. Me di cuenta, y eso que era más fácil para mí, del
problema que implicaba pensar libremente y de manera más inteligente y rica en
el mundo científico y académico en general. Hay allí mucha gente reduccionista,
rígida. Es una pena y es un problema y en ese contexto yo pensé siempre mucho
en Francisco, en lo que él tuvo que vivir, y revisé nuevamente sus conceptos y
me di cuenta que había algo ahí dentro, algo que puede ser bien difícil de definir,
pero que es importante, esencial, y que sé que me influencia, no sé cómo ni en
qué cosas de mi práctica, pero sé que se ha convertido en una suerte de
compañero, en una especie de guía intelectual. De pasada, puedo contarte que
Antonio Damasio es una persona que respetaba mucho a Francisco, consideraba que
era alguien muy rico y abierto intelectualmente. Trabajando con él puede palpar
algunos de los problemas del círculo científico de los cuales te hablaba. No
con Antonio por cierto, sino a un nivel mas extenso con la comunidad científica.
Yo sentía que había problemas para discutir y argumentar nuevas ideas. Y fue
difícil. Fue además algo que creció en mi en relación directa con las ideas de
Francisco. La importancia de volver a la fenomenología, en el sentido más tradicional
del término. Lo que hablan autores como Edmund Husserl o Maurice Merleau Ponty.
Y aunque Francisco no hablaba mucho de esto, los trabajos fenomenológicos de
Jean Paul Sartre sobre la conciencia me parecen también muy importantes. Me di cuenta
que había una mina de oro, de pensamiento, de descripción y conceptualización de la conciencia. Se trata
de aspectos que son imprescindibles de tomar en cuenta, y volver a ellos es esencial para mí.
Hay cosas que son raras, y Francisco era una persona
“rara”, alguien único. Uno piensa cuando es más joven que eso existe en todas
partes, pero no es así. Me gustaría añadir también que algo que me pasaba al
principio, cuando era un joven científico, muy entusiasta, es que yo quería
encontrar una explicación, en el sentido fuerte del término, en el sentido reduccionista.
En cierta manera, una teoría de la identidad, conectando el mundo físico, el
cerebro, la biofísica, o lo que sea que se utilice, con el pensamiento y la conciencia.
Me resistía a la idea de que, a lo mejor, se tratase de una ecuación imposible,
la de identificar la conciencia con el cerebro. Sin embargo, progresando en mi
pensamiento y en mi investigación, y
trabajando con pacientes que tienen daño cerebral, que a menudo muestran
capacidades cognitivas preservadas, me di cuenta que si bien la mente y la
conciencia pueden ser alteradas, maltratadas, en general persisten mucho a la
destrucción material del cerebro. Se requiere algo muy fuerte para destruir la
conciencia. Y que incluso en pacientes muy dañados, la subjetividad, la “conciencia
central o nuclear”
seguía presente en ellos. Por lo tanto, todo eso me dio mucho que pensar. Y
eché de menos el punto de vista de Francisco durante ese tiempo. La idea de que
la conciencia no puede reducirse al
mundo físico al menos, de la manera como se conoce este tema, con sus
ecuaciones características. Volviéndome mas viejo, y confrontándome a los
problemas y obstáculos de la practica científica y a sus resultados, siento que
me hecho alguien más sabio, y me he dado cuenta que la idea del reduccionismo y
de la teoría de la identidad, bueno, no esta claro ni siquiera que sea posible.
Y así me acerco un poco más a las ideas de Francisco. Esto no quiere decir que
debamos abrazar la idea del dualismo mente cuerpo, en que la mente y lo físico
son cosas totalmente diferentes. Sino que simplemente, pienso que hay
investigar la manera en que todas esas cosas funcionan en conjunto. No está
claro que podamos identificar mente y neurona, o mente y señal eléctrica, las
cosas no funcionan así. Francisco, en uno de sus artículos,
habla en contra de la idea del reduccionismo, pero sin olvidar la investigación
de la conciencia sobre bases científicas. Yo también lo veo así ahora. No se
trata de reducir la conciencia al cerebro, sino de ver cómo el cerebro puede
ser visto en el nivel de la conciencia. La idea es aumentar nuestro
conocimiento del cerebro para conectarlo a la conciencia, ya que aun hay muchas
cosas que no sabemos del cerebro y del mundo físico, muchos principios
fundamentales que falta descubrir.
De
acuerdo a lo que nos cuenta, todas estas cosas son cuestiones que usted ha ido
descubriendo con el paso del tiempo, sobre todo después de la muerte de
Francisco. Al respecto, mirada retrospectivamente la obra de Varela, nosotros
tenemos la impresión de que se trata de una teoría relativamente críptica o al
menos algo cerrada en sí misma, por usar un concepto cercano a su obra. Para
adentrarse en sus escritos, se requiere tener algunos conocimientos referidos a
la biología, la cibernética, las ciencias cognitivas, la filosofía y el budismo
entre otras ramas del conocimiento. Nos gustaría conocer su opinión en relación
con la afirmación anterior, sobre todo respecto de la posibilidad de que dichas
características del trabajo de Varela, sean hoy una dificultad para la
divulgación de su trabajo. ¿Comparte
usted la idea de la obra de Varela como una obra relativamente críptica, a la
cual es difícil entrar porque se requiere tener conocimiento de muchas cosas,
de muchas áreas distintas? ¿Por otro
lado, cree que esto ha sido una de las dificultades para la divulgación del
trabajo de Francisco Varela?
Si, absolutamente. Es un pensamiento críptico, porque
es complejo, porque es difícil y demanda conectar dominios del saber muy diferentes,
integrar muchas cosas distintas entre sí. Y también creo que lo anterior ocurre
en parte, porque Francisco no había logrado aún conectar todos los puntos de su
trabajo. Esto era algo que él mismo pensaba. Se trataba de un pensamiento vivo,
Francisco era alguien que buscaba el nivel de explicación adecuada y que proponía ideas para intentar encontrarlas,
pero que no tenía las respuestas definitivas. Esta apertura era una cualidad de
Francisco. Por otra parte, sobre la diseminación de su obra creo que es difícil
divulgar pensamientos cuando son muy complejos.
Una de las cosas que pueden escucharse incesantemente en el mundo
científico, sobre todo en lo que se refiere a las publicaciones científicas, es
la necesidad de simplificar tu pensamiento. Permanentemente te solicitan que intentes
explicar las cosas de una manera más simple. Es una idea muy presente, pero la
verdad es que la realidad es algo complejo y que no se puede explicar de forma simple.
¿Se
trataba de un pensamiento intuitivo?
La pregunta de lo que se llamamos intuición es algo
enorme. Pero por cierto había una dimensión intuitiva en su pensamiento. Algo
así como una suerte de inspiración, y algo de visión capacidad de integrar
también. Todo estaba nutrido sin embargo, por un pensamiento racional y riguroso
también. Entonces en Francisco, como en toda persona que piensa bien, lo suyo era
una mezcla entre la intuición, en el sentido de un sentimiento íntimo, y la
racionalidad hipotético-deductiva o matemática también. Francisco tenía una
buena formación matemática, hizo una tesis de neurofisiología en el animal que
era muy seria. Entonces tenía a su disposición todas esas herramientas, pero le
dejaba lugar a la intuición, una intuición rica e informada.
Dada la
amplitud del trabajo de Francisco Varela (estudios sobre el sistema
inmunológico, la percepción, la conciencia, la vida, etc.), ¿es posible
considerar el estudio de la conciencia como el gran tema que conecta las
distintas aristas de su trabajo?
Desde un cierto punto de vista es cierto. Por una
parte, Francisco se interesó por la conciencia prácticamente desde el
principio, y esto animó su reflexión desde un comienzo. Incluso desde la época
en la que trabajaba con Maturana, en el estudio de la autonomía biológica. Incluso
en esa época, la conciencia era parte de su pensamiento y sus trabajos iban en
esa dirección. E incluso, como Uds. han leído el artículo que escribimos,
para comprender el pensamiento de Francisco incluidos los últimos desarrollos sobre
la neurofenomenologico y sus teoría respecto de la conciencia, hay que volver a
sus ideas con Maturana sobre la autonomía biológica, la clausura
organizacional, además de la psicología budista y otras cosas. Y sí, la
conciencia humana ha sido un hilo conductor de todos esos pensamientos.
Lamentablemente, Francisco no tuvo tiempo para producir y publicar un libro con
la recopilación de sus ideas, y la síntesis de todas estas vertientes, que yo
creo que era algo que iba a hacer en algún momento.
¿Pero
dónde está la conciencia en el trabajo que hizo con Maturana? Porque cuando uno
lee esos escritos, parecen más bien parte de un trabajo de carácter fundamentalmente
biológico.
Sí, es cierto. Quizás me expliqué mal. Quiero decir
que desde que trabajó con Maturana, en los años 60, Francisco ya pensaba en la
conciencia, si bien esta preocupación no es explícita en ese trabajo. Al mismo
tiempo, si se mira el desarrollo de su trabajo con Maturana, la autopoiesis fue
desarrollada en un marco biológico preciso, para dar cuenta de algunos aspectos
organizacionales y de comportamientos más globales de las células u organismos biológicos.
Pero muy rápidamente, este concepto fue enriquecido con el de clausura
operacional, permitiendo aplicaciones en el dominio de la cognición, de las
instituciones y de la sociedad. Ellos
publicaron sobre eso en conjunto. Entonces, si no es la conciencia, al menos la
cognición tenía un rol central en sus trabajos referidos a la autopoiesis.
Podemos encontrar este link en su obra que transita desde ideas biológicas
hacia su aplicación a fenómenos como la cognición o incluso procesos de
carácter social. También la idea de la enacción se encuentra presente.
Francisco siempre se interesó por los efectos estructurales y de la clausura de
los organismos, en los fenómenos cognitivos. Él pensaba que la clausura
organizacional en sus variedades específicas, era un concepto importante para intentar lo que se podía
comprender de la biología y de la cognición.
¿Podría
explicarnos algo acerca de las diferencias y vínculos existentes entre los conceptos
de “enacción” y “neurofenomenología”?
Son dos cosas totalmente diferentes, pero que al
mismo tiempo se encuentran ligadas. Para comprender la enacción, yo creo que es
importante volver al trabajo de Francisco con Maturana sobre la clausura
operacional, sobre la autopoiesis, y también a la manera en que los autores
describen la presencia de clausura operacional a nivel del cerebro mismo,
porque eso es precisamente, según Francisco y otros, lo que va a permitir que
se constituya una interioridad, un mundo en sí o por sí mismo. Es el organismo
o el individuo, que está constituido así, que a partir de su circularidad desarrolla
la autonomía, la espontaneidad y la endogeneidad de su funcionamiento, delimitando las fronteras que
lo distinguen de su ambiente. Mediante esta organización, el organismo
estructura su propio mundo y desarrolla sus mecanismos de comprensión y organización,
porque está cerrado, porque es circular, situación que permite que en cierta
medida funcione solo. Luego, es a partir de estas características y de su intercambio
con el ambiente, que el organismo contribuye activa y profundamente, a la
construcción del mundo de la representación.
Aprovechando
que hablamos de algunos de los conceptos específicos que pueblan la obra de
Francisco Varela, nos gustaría pedirle algunas precisiones respecto de dos
conceptos muy importantes en su obra: la enacción y la neurofenomenología.
Nuestra impresión es que se trata de dos términos que remiten a ámbitos
diferentes y complementarios de la actividad científica, el primero, (la
enacción), relativo a una visión
epistemológica y el segundo (la neurofenomenología), referido a una
metodología para el estudio de la conciencia. ¿Es correcto lo anterior? ¿De qué
forma se relacionan ambos conceptos en una cosmovisión general sobre la ciencia
y la investigación?
Si, creo que es verdad. Puede ser una buena manera
de distinguir entre ambas cosas. Precisamente, la neurofenomenología era definida
por Francisco, como una aproximación metodológica, que no es el caso de la
enacción. La enacción no es en rigor una metodología, se trata más bien de una
creencia sobre ciertos aspectos estructurantes de los organismos y de los sistemas
cognitivos, respecto a la forma en que ellos experimentan el mundo. La aproximación
neurofenomenológica, en cambio, nos dice que es tiempo de volver a la cosa
misma, regresar al objeto del pensamiento. Si lo que queremos es estudiar la
conciencia, entonces debemos volver a la
propia conciencia como objeto de estudio. Y la conciencia es además, el mejor
medio para aprehenderla, con todas las dificultades metodológicas que esto
implica. Se trata de mirar la propia conciencia en primera persona, porque es
precisamente el acceso privilegiado que se tiene de la conciencia una
característica definitoria de este fenómeno. Por lo tanto, es importante
reintroducir la introspección en la investigación cognitiva, de manera de poder
construir modelos o descripciones adecuadas del objeto de la investigación, que
como hemos dicho, es misma conciencia. Sin embargo, es necesario poder hacer esto
de manera rigurosa, porque existe toda una tradición que nos condujo al conductismo
que señalaba que cuando las personas hacen introspección, se equivocan y asumen
causalidades que no existen. Es necesario por tanto, encontrar una aproximación
rigurosa hacia la conciencia.
¿Y qué
rol que le cabe en dicha metodología al grado de experticia que deben poseer
los sujetos experimentales en la observación de sus estados mentales?
En este empeño, es donde Varela hace alusión a la
aproximación occidental de la fenomenología filosófica, de Husserl y Merleau
Ponty. Pero también utiliza el budismo, considerando que las personas que
practican por años la meditación, han aprendido a controlar su mente de una
forma que puede ser útil para los científicos. Podemos traerlos al laboratorio,
ponerlos en un scanner y pedirles que repitan el mismo estado mental 150 veces
por ejemplo. Bueno, eso es por una parte. Efectivamente la neurofenomenología
es en parte un enfoque metodológico, pero hay además todo un componente teórico
que Francisco desarrolla y que denomina “los mutuos constreñimientos”. La idea
contenida bajo este enfoque es que si queremos comprender la mente, no solo debe
mirarse el organismo en un sentido biológico, es decir el cerebro y cómo éste
se encuentra estructurado. Además, para comprender la cognición, la conciencia,
tenemos que mirar también la conciencia en sí misma, en primera persona, de
modo de poder elaborar hipótesis y forzar el tipo de investigación que se
realice sobre el cerebro, porque si se descubre, a través de un proceso de
reducción fenomenológica epistemológica, que hay una cierta invarianza
estructural en la conciencia, aquello nos puede servir de guía para buscar en
el cerebro cuestiones similares.
Para
los legos en la materia, la metodología neurofenomenológica pudiera aparecer como un estudio más de las
correlaciones existentes entre el dominio psicológico y el neural al estilo del
neolocalizacionismo. Sin embargo, hasta donde llega nuestra comprensión, la
neurofenomenología no consiste únicamente en determinar los correlatos
cerebrales de la experiencia consciente. ¿Al parecer, la distinción de los
invariantes de la experiencia parece ser un elemento que otorga mayor complejidad
a la comprensión de la conciencia?
Es verdad, es una de las críticas que pueden hacerse
a la neurofenomenología. No es tan claro que aporte algo realmente nuevo. Hay que
saber que por mucho tiempo la gente rehusaba hacer estas correlaciones entre la
actividad cerebral y las cosas descritas en primera persona sobre la experiencia
subjetiva. Por mucho tiempo esto fue algo que estaba prohibido, era algo que no
se hacía, porque la conciencia era poco confiable. Sin embargo, Francisco
insistió en la importancia de esto, ya
que él pensaba que si lo que se quiere es explicar la conciencia, entonces
necesariamente se requiere poder describirla y encontrar un método para hacerlo
de manera rigurosa. Es ahí donde entra la
tradición fenomenológica de Husserl y Ponty y la tecnología de observación en
primera persona del budismo, con la idea de que un buen meditador debiera ser
capaz de describir de manera precisa lo que pasa por sí mismo, sin equivocarse sobre
la naturaleza de su experiencia, pudiendo al mismo tiempo meterse en estados
mentales específicos de manera repetida, para poder hacer experimentos.
Entonces, con el concepto de neurofenomenología, Francisco intentaba
reintroducir la aproximación en primera persona, haciendo referencia a métodos
y aproximaciones intelectuales y prácticas, como la fenomenología husserliana y
el budismo, con una búsqueda del establecimiento de los métodos que permitieran
hacer esto de manera rigurosa, puesto que nos encontrábamos marcados históricamente
por una cultura científica que impedía hacer este tipo de cuestiones. Actualmente
la situación ha cambiado y hoy hay un montón de escritos sobre este tema,
libros que hablan sobre las metodologías en primera persona, pero hay que
decirlo, tristemente no hacen ninguna referencia a Francisco.
¿Hay
entonces una continuidad del trabajo de Francisco, aunque no se encuentra
explícitamente reconocida?
Así es, y eso es lo triste. Esto es como con Freud.
Hay muchos científicos hoy en día, muy inteligentes y prominentes, que te dirán
que Freud es muy importante, que hay que volver a Freud, que hay cosas que
explicar sobre su obra, etc. Pero públicamente esto es poco aceptado y Freud es
visto como alguien irracional, lo cual es ridículo, porque se trataba de un
pensador extremadamente riguroso. Lo mismo pasa con Francisco, mucha gente dice
que Francisco es muy importante pero
nadie lo cita.
¿Por
miedo a ser tachado de poco riguroso?
Es una buena pregunta, la verdad no lo sé. Probablemente
hay un poco de eso. Pero también ocurre, que como Francisco no es tan conocido
por la comunidad, la gente dice que es importante volver a él y a sus ideas, pero
al no ser tan reconocido y considerando que el objetivo de los demás no es demostrar
que existió un pensador antes que ellos que reflexionó sobre estos tópicos,
entonces lo que pasa es que hay una cierta “amnesia”, algo así como un decir “si
otros no hablan de él, entonces yo tampoco”. Sin embargo hay muchos pensadores,
como Dedier, o el mismo Damasio, que no saben como citarlo o cómo hablar de él.
Por otra parte, decir que la neurofenomenología es sólo una metodología,
tampoco es hacerle completa justicia a Francisco, ya que ésta es también
epistemológica. El término “neurofenomenología”, contiene la palabra
fenomenología y no es por tanto sólo el estudio de las correlaciones de la
conciencia con el funcionamiento del cerebro. Se trata también del rescate de ciertas
teorías de la conciencia, en especial de algunas de las ideas de Husserl y
Ponty sobre el tema. La idea es volver a sus trabajos para encontrar las
descripciones y modelos conceptuales de la conciencia que sean útiles, puesto
que se encuentran muy avanzadas y muy bien formuladas. No todas las formas de
experiencias interesan. Hay cosas que ya fueron estudiadas y habría que comenzar
por hacer la neurofenomenología de la fenomenología husserliana o de Ponty y también
de la psicología budista. Esto también hace parte de la aproximación, incluso si
la aproximación queda abierta. Eso por una parte. Pero hay que poner atención,
porque no quiero decir que Francisco decía que la neurofenomenología debe
comenzar y terminar con la fenomenología de Husserl y Ponty. Lo que él decía era
que se trataba de un método general, que nos debería conducir hacia nuevos
descubrimientos sobre el estudio de la conciencia. Finalmente, hay otro aspecto
que conecta con el plano epistemológico.
Esto se encuentra expresado en algunos de sus escritos. Francisco decía
que existen los “mutuos constreñimientos”, que está el cerebro, por un lado,
que debemos ver qué nos dice y a partir de aquello podemos plantear hipótesis
sobre el funcionamiento de la conciencia. Por otro lado, si miramos la
conciencia y observamos qué nos dice, podemos a partir de aquello, elaborar hipótesis
sobre el cerebro. Así en una especie de dialéctica, nos vamos aproximando a
algo que al final podría darnos una
imagen de lo que ocurre y de cómo sería. Pero Francisco iba un poco más lejos
que eso. Él decía, que en un cierto punto, habrá “pasajes generativos”, es
decir, que en un minuto dado, los constreñimientos mutuos que se hacen visibles
a partir de la aproximación neurofenomenológica, podrían conducirnos a un punto
donde debiera aparecer información suficientemente, fina y clara, respecto de
cómo lo cerebral o físico y lo mental, se conectan. Más aun, Francisco creía
que esta conexión, que corresponde a un tercer nivel, sería conceptual, formal
y matemática. Esta idea se encuentra muy próxima a los postulados de Husserl,
quién a pesar de estar en contra del reduccionismo cerebral, fue matemático,
antes de volverse filósofo. En Husserl, todas las ideas de los invariantes
fenomenológicos, de la reducción
fenomenológica, se insertan dentro de una perspectiva fenomenológica eidética,
es decir una fenomenología de las esencias formales y matemáticas. Por lo
tanto, él decía que el problema de la psicología es que está siempre en la
búsqueda de estos fundamentos eidéticos, esenciales, formales y matemáticos, y
que le falta teoría. Este era su punto de partida. Y Francisco hacía suya esta
perspectiva y decía que las matemáticas, el pensamiento formal y geométrico,
era el punto por el cual se podía conectar la experiencia en primera persona y
el mundo físico.
¿Puede
analogarse la idea de los constreñimientos mutuos al concepto de downward causation que sostienen otros
autores? ¿Es decir, señalar que existen mutuos constreñimientos conciencia
cerebro es lo mismo que decir que los estados conscientes influencian lo que
ocurre en cerebro?
En una primera aproximación es algo distinto. Al
mismo tiempo todo se conecta un poco, porque una vez más las ideas de Francisco
estaban inscritas en todo ese desarrollo teórico, y un día u otro todo esto se
debía juntar. Pero la cuestión del downward
causation parte de una base distinta a las reflexiones de Francisco, las
cuales se inscriben en un análisis acerca de la clausura organizacional y sobre
el problema de comprender cómo un organismo o una estructura social puede
presentarse como una globalidad, como un todo irreductible a sus partes. Se
trata de organismos irreductibles, puesto que sus partes, puestas en conjunto,
constituyen un todo que tiene su propio nivel de organización. La pregunta es
entonces, cómo explicar que este nivel global pueda luego tener una influencia
a nivel causal sobre lo local. Por ejemplo, en el caso de la autopoiesis, se
busca entender de qué forma la organización de las fronteras celulares, de las
redes de interacción que son todas dependientes unas de otras, pueden tener en
sus propiedades holísticas, una influencia sobre moléculas, sobre una reacción
química o algo así de específico. Es una
reflexión antigua de Francisco y Maturana sobre la manera en que el todo puede
influenciar las partes y las partes influenciar el todo de una manera circular.
Esto se formaliza bien de forma matemática. Podemos entender, mediante ecuaciones
diferenciales no lineales, cómo ciertas condiciones limites constituyen un
dominio de constreñimientos que van a influenciar de manera global, como un
campo, ciertas interacciones locales. Entonces, el modelo de Francisco y
Maturana permite entender cómo la downward
causation se aplica. Y ellos retoman este concepto en el marco del estudio
de la conciencia, con la idea de que un aspecto de la pregunta, es tratar de
entender cómo la conciencia puede tener una influencia causal sobre el
organismo, sobre la acción, etc. La manera en que tratan de dar una explicación
a este problema, es en haciendo referencia a los procesos de downward causation y nuevamente la
respuesta es que el todo puede influenciar a las partes, o que un nivel de
organización global puede influenciar un nivel de organización local, dado que
al nivel de base de la física-química, todo parece ser, si se retoma la
mecánica cuántica, interacciones locales. Por lo tanto no es
neurofenomenologia.
Llama
nuestra atención que a pesar de ser el budismo una fuente de inspiración
trascendental para el desarrollo del método neurofenomenológico y considerando
que Francisco Varela fue uno de los impulsores del diálogo entre esta filosofía
y la ciencia occidental, cuando Varela hace referencia a la metodología para la
investigación de la experiencia al final de su vida, no habla de ésta en
términos budistas (como meditación o presencia plena). Por ejemplo, en sus
últimos escritos (Varela,
2000),
Francisco se refiere a la metodología para la observación de la experiencia
como reducción fenomenológica, haciendo con esto alusión a una tradición
filosófica occidental. ¿Nos gustaría conocer su impresión respecto de este
tema? ¿De qué forma se relacionan ambas metodologías y visiones filosóficas al
interior de la neurofenomenología?
Yo creo que por una parte Francisco aceptaba la
idea, la metodología general de Husserl, incluyendo la reducción fenomenológica,
pero al mismo tiempo estaba interesado en definir cómo utilizar esa idea para la investigación científica, para hacer
experimentos. Entonces, la reducción fenomenológica de Husserl, desarrollada en
su libro seminal “La idea de la Filosofía”, nos señala en términos generales
que para describir la experiencia, la fenomenología de la mente y de la
conciencia hay que adoptar métodos que permitan a través del estudio de la complejidad
y diversidad de experiencias, los grandes invariantes de la conciencia,
aquellos aspectos que pueden ser definidos como características centrales de la
experiencia. Sin olvidar que Husserl era un matemático, eso se hace utilizando un
método de variación, modificando la experiencia e influenciándola, con el
objetivo de ver si después de los cambios algo permanece invariante. Luego de
haber identificado estos invariantes, después de haberlos formalizado, se trata
entonces de extraer la esencia eidética de éstos y eventualmente traducirlos a
modelos matemáticos. Ahora bien, al preguntarnos quiénes son las personas que
tienen la capacidad de manejar rigurosamente su experiencia de la realidad,
Francisco dice que ellos se encuentran en el budismo y la meditación, puesto
que son los practicantes de estas disciplinas, quienes pueden aplicar el método
de variación. Por lo tanto utiliza personas que son expertas de la conciencia,
que les ha llevado años ser maestros en la disciplina. Con ellos es posible
utilizar este método de los invariantes.
¿Puedes
contarnos algunos los últimos hallazgos asociados a estas ideas que estaban
presentes en la neurofenomenología? Especialmente en el ámbito matemático.
Aunque sea algo que no esté ligado al trabajo de Francisco Varela.
Bueno, yo intento trabajar sobre esto. Tengo un paper desarrollado con algunos amigos,
que estamos tratando de publicar. Pero
no hay mucho. El tipo de proyecto que tenía Francisco en mente, no se sigue
mucho sobre todo porque es algo que no estaba tan bien definido, ni desarrollado
como les he contado. No ha habido mucho desarrollo ni se ha avanzado mucho en
los aspectos más abstractos de la neurofenomenología. De todas formas les
recomiendo revisar el trabajo de Jean Petitot y de la neurogeometría. No se
trata de neurofenomenología porque no hay allí ninguna hipótesis sobre el
cerebro. Es mas bien fenomenología pero con la idea de conectarla algún día con
temas cerebrales. El tema central de ese trabajo, es sobre la paradoja de la
subjetividad. Es el análisis de la idea de que todos tenemos la impresión de que
somos un sujeto, que tiene una perspectiva que es un punto de origen en
nosotros, que sería la fuente o el centro de nuestra conciencia. Podemos verlo
si tomamos el ejemplo de la visión, que está organizada de manera egocéntrica
en torno a nosotros, pero lo mismo pasa con la audición. Esta sería la fuente
de nuestra conciencia. Pero cuando buscamos la fuente introspectivamente, no
encontramos nada, se nos escapa, es como si hubiera un sujeto por una parte y por
la otra ese sujeto no existiese. Bueno, existen teorías que pueden explicar
esto, especialmente teorías matemáticas, teorías de geometría proyectiva que
dan cuenta de eso. De esto se trata el paper. Les aconsejo tomar contacto con
Jean Petitot, él estuvo trabajando muy cercanamente con Varela.
BIBLIOGRAFÍA
1.
Brockman, J. (1996). "La tercera cultura. Más
allá de la revolución científica". Tusquets Editores.
2.
Husserl,
H. (1962), The idea of Phenomenology
(The Hague: M. Nijhoff)
3.
Ibañez,
Agustín. De la Célula a la Mente. Psykhe [online]. 2005, vol.14, n.1
[citado 2012-03-20], pp. 107-120 .
Disponible en:
.
ISSN 0718-2228. doi: 10.4067/S0718-22282005000100009.
4.
Jackendoff,
R., (1998). La Conciencia y la Mente Computacional. Madrid, Editorial Visor.
5.
Letelier,
Juan Carlos. Los derroteros científicos de Francisco Varela (1946-2001). Biol.
Res. [online]. 2001, vol.34, n.2 [citado
2012-03-20], pp. 7-13. Disponible en: .
ISSN 0716-9760. doi:
10.4067/S0716-97602001000200002.
6.
Maturana
H. y Francisco Varela (1984). El Árbol del Conocimiento. Santiago de Chile,
Editorial Universitaria.
7.
Rudrauf,
D., Antoine Lutz, Cosmelli, D., Jean-Philippe Lachaux, y Le van Quyen, M.,
(2003). “From
autopoiesis to neurophenomenology: Francisco Varela's exploration of the
biophysics of being”. . Biol.
Res. [en línea]. 2003, vol.36, no.1 p.27-65. Disponible en la World Wide Web:
.
ISSN 0716-9760
8.
Searle,
J., (1996). El redescubrimiento de la mente. Barcelona, Editorial Grijalbo
Mondadori.
9.
Varela,
F., (1997). De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la experiencia
humana. Barcelona,
Editorial Gedisa.
10. Varela, F., (2000). El Fenómeno de la Vida. Santiago
de Chile, Editorial Dolmen.